In Manual para Divorciados

Mientras esperaba una amiga en un restaurante, no pude evitar escuchar de otra mesa, algo que me parecía insólito. Un grupo comentaba sobre el tipo de mujer que les atraía, seguido por los requisitos que debían llenar las mujeres de sus sueños. Uno de ellos, por ejemplo, aseguraba que no podía salir con una muchacha que no hablara inglés. “Ese tipo está pasao” fue lo primero que pensé. Me estaba reponiendo de tan tremenda “perla” cuando bien escuché que sus amigos también comentaban que entre https://make-essay.net/essay-writing sus exigencias estaba descartar mujeres que no hubiesen viajado a Europa, que calzaran más de ocho y medio o que midieran más de talla cuatro.

Hablando sobre este tema durante el almuerzo, quisimos poner en balance que también muchas mujeres ponen sus requisitos, quizás más alejados de los gustos estéticos y más cerca de los gustos económicos, y le dan gran importancia a la marca del carro, posición en una essayson-line.com empresa y por supuesto, destacando que la esplendidez era atributo imprescindible.

Tratándose de comentarios de un grupo de solteros mi primer pensamiento me remontó a un libro que reseñé hace muchos años, que se llamaba “¿Si soy tan maravillosa, porqué sigo soltera?” respetando los gustos personales- lanzarse a buscar la pareja perfecta es cómo buscar una aguja en un pajar.

Muchas personas sufren por querer ajustar su personalidad a los deseos de su pareja. Gran número de mujeres se arriesgan a peligrosas cirugías con el deseo de complacer los gustos de su novio o esposo. Conozco una chica de diecinueve años que se operó solo porque un vestido que le trajo su novio, de un viaje no le sirvió. Él le dijo “cuando te sirva, volvemos”. Ahí está ella, luciendo su “camisa de fuerza”. Querer ajustarse a los parámetros ajenos solo para complacer o ceder ante determinadas exigencias es muy peligroso, porque el verdadero amor no se fundamenta exclusivamente en valores estéticos, sino estaríamos caducando cada año, y cambiando de pareja constantemente.

Pero los cambios físicos no son los únicos que se argumentan. Se dice que nuestra mayor cualidad trae consigo nuestro mayor defecto. Así, los que son muy responsables también pueden ser intolerantes; que los empáticos tienden a ser confianzudos; que los muy inteligentes académicamente no lo son emocionalmente y demás.

El caso de Antonia es muy común: “Todo iba bien al principio hasta que me di cuenta de que no era yo misma. Me conoció amante al arte y de repente, siempre existía la excusa perfecta para alejarme de todo lo que tuviera que ver con lo que me gustaba. Le encantaba mi espíritu libre, mi alegría y de buenas a primera, me convertí en la persona más triste del grupo. Siempre había una crítica sobre mi espontaneidad, mi risa chillona, haciéndome lucir un ser sin control o que no lo amaba lo suficiente, sólo porque era capaz de disfrutar en compañía de otras personas, fuera de él”.

¿Pero cuanto estamos dispuestos a dar o ceder para mantener una relación? ¿Hasta qué punto esa “negociación” no afecta nuestra verdadera personalidad y terminamos convirtiéndonos en una mala copia del modelo deseado por la pareja?

Las medias naranjas no existen, existen naranjas completas. ¿De dónde sacamos que encontramos una persona idéntica a nosotros? Eso sería UN FENOMENO DE LA CIENCA y el COLMO DE LA MONOTONIA. Son dos voluntades DISTINTAS que se unen y que posibilitan los acuerdos entre ambos, porque existe el principal ingrediente: EL AMOR, único sentimiento que trasciende las diferencias en pro de objetivos comunes sin transgredir los principios ni lacerar la dignidad del otro. Cuando existe el amor no existe SACRIFICIO como tal, puesto que no habrá dificultad en CEDER, para el beneficio de la relación, y podremos perdonar sin sentirnos amenazados.

Se dice que enamorarse es amar las coincidencias, pero que amar es enamorarse de las diferencias. Si alguien necesita que cambies, entonces no está enamorado de ti, ni te ama, déjalo libre para que busque a otra persona que sea como él o ella quiere! No hay que coger lucha. Si la pelota se sale de la cancha, acaso tú sigues en el juego?

Se necesita mucho más que amor para crear un amor para toda la vida.

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