In Manual para Divorciados

Una de las frases más capicúas que se pronuncian mutuamente los enamorados al inicio de una relación es: “Mi amor, a mí no me importa tu vida pasada, lo que cuenta es desde que estás saliendo conmigo en adelante”. Estas románticas palabras parecerían un viejo guión que estudia el aspirante a protagonista de novela latinoamericana. Es cuando entonces se pone en evidencia la experiencia del espectador; su habilidad para coger y dejar, o mejor dicho, en interpretar adecuadamente y hasta qué punto, thewritingessay.com la referida frase deja de tener vigencia.

Cuando comienza el enamoramiento todo se percibe color de rosa; una sensación de haber encontrado la pareja perfecta se respira en el ambiente. Mucha gente se siente tan eufórica que con apenas días de iniciada la relación comienzan a proyectar cómo sería la vida futura con su nueva pareja. Los más ilusos comienzan incluso a buscar vínculos insospechados y comienzan a radiodifundir writingyouressay.com comentarios tales como: “nuestros padres se conocen desde chiquitos” (a ver qué tiene que ver); “todo el mundo dice que hacemos buena pareja” (tan rápido, ya conocen a “todo el mundo”); “tenemos los mismos gustos”( ¿querrán decir que se prestan la ropa?); en fin, se comienzan a “diseñar coincidencias” para que todo concuerde con lo que la imaginación había trazado como el modelo ideal de marido o mujer.

Es en esos momentos cuando aparece la frase cliché de que el pasado no importa, que lo que importante es la historia que comienza a partir de los nuevos amores; como si se tratara de elaborar un nuevo contrato. Aunque no dudo que muchos piensan y actúan consecuentemente, para una gran mayoría la realidad se les va empañando cuando comienzan a escuchar versiones como: “ah, ¿tú novia no era esa que salía con fulanito?”, “ten cuidado con manganito que me dicen que maltrataba a su mujer”; “ella me parece bien, pero mantén el ojo abierto, porque creo que salió con mi primo y le fue infiel”.

Afectados por los comentarios comienzan las averiguaciones: “mi amor, me dijeron que salías con fulanito, tú nunca me hablaste de sobre eso. . . ¿Y cuando fue?” Aprenda a no tomar a mal estos ganchos, sino a responderlos con el mismo cariño: “mi amor, hace tanto tiempo que ni me acuerdo” (recuerde usar la misma expresión). Conozco unos amigos que les iba muy bien, hasta que él comenzó con el tema de que le cuente todo sobre su vida, poniendo como excusa de que una pareja debe tenerse confianza en todo. Desde que ella mencionó su primer novio, todo se acabó! Le dijo: “una mujer que se haya acostado con fulanito, jamás pudiera ser novia mía”. ¡Algo que había sucedido no menos de diez años atrás!

Cuando los sentimientos comienzan a involucrarse, la curiosidad por el pasado es parte del paquete. Lo que es reprochable es averiguarlo para después reclamarle o echarle en cara a su pareja los errores del pasado.
Los celos mal manejados pueden generar futuras conductas manipuladoras. Los manipuladores viven al acecho de los fallos de su pareja para ejercer sobre ellas una especie de dominio sicológico, para servir sus propios intereses y ocultar sus propias inseguridades. Insisto, a menos que usted no se haya puesto a esperar a una persona desde la cuna, al mejor estilo Woody Allen, o la hay importado para que por lo menos su pasado SE DESCONOZCA en este país, todos las personas adultas tienen un pasado sentimental. Incluso en nada tiene que ver los años, ya que no es lo mismo la edad del piloto que las horas de vuelo.

No permita que el pasado suyo ni el de su nueva pareja eclipse sus relaciones. Lo que es para unos, no necesariamente es igual para todos. Evite personas que solo critican, desvalorizan y juzgan actos ajenos, sin ver la paja de su propio ojo. Comenzar de cero sería maravilloso pero es utópico. El pasado siempre importa. Es nuestra memoria puesta al servicio del aprendizaje, para hacernos personas más propicias para la convivencia, la tolerancia y el respeto hacia los demás.

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