In Manual para Divorciados

El hecho de que existan mujeres maduras que les guste los hombres jóvenes no es noticia exclusiva del siglo XXI. Aunque todavía existe discriminación social al respecto, lo cierto es que está en auge una generación de mujeres auto suficientes económicamente,  de su sexualidad y con un impecable cuido personal que optan por escoger parejas a hombres mucho menores que ellas, sin importarles (por lo menos inicialmente) compromisos a largo plazo. El ranking más común es una ventaja generacional de essays-buy.com unos 10 años en adelante.

Estas mujeres son llamadas “Cougars”, que en inglés significa “puma”, animal salvaje y depredador. Me parece que es un calificativo peyorativo pues se comparan estas mujeres injustamente con los “pumas”, como si fueran mujeres dedicadas a la caza de carne fresca (hombres más jóvenes); y esto contiene por añadidura, una fuerte carga de discriminación de género, ya que la misma práctica en el sexo masculino essays-buy.com no tiene epítetos y se considera algo aceptable y normal.

Las Cougars manejan una gran diferencia con la versión de antaño, ya que la ventaja que ofrece la cosmiatría moderna unido a una actitud de seguridad, logra que puedan ser atractivas para hombres de cualquier edad, y no tengan que estar sujetas a la elección de hombres mayores que no tienen quizás la energía de ellas. La popularidad de esta corriente se hace evidente en que la red está llena de direcciones electrónicas para encontrar pareja con estas características (mujer madura-hombre joven), clubes y lugares donde frecuentan, de la misma forma que hay redes para búsqueda de parejas convencionales.

Te preguntaras, ¿Qué puede verle un hombre joven a una mujer “madura”? Generalmente se siente atraído por su experiencia y su madurez, el manejo de una sexualidad más confiada y sobre todo, a su lado está más relajado, ya que se trata de acuerdos de No Compromiso. Este joven puede percibir que las jovencitas que “le corresponden”, no le ofrecen la libertad de explorar aspectos de la intimidad sin ellos sentirse culpables, o ponerles presión para casarse. Contrario a lo que puede pensarse, el hombre que sale con una Cougar, generalmente no busca compensación económica. Como en toda regla, hay excepciones.

La Cougar por su parte, probablemente haya vivido una experiencia matrimonial, tenga hijos y nietos, por lo tanto no busca en el joven “un matrimonio”. Su calendario está corriendo, por lo tanto la experiencia del AHORA, es más gratificante que las falsas expectativas que se creó cuando era soltera. Quiere volver a vivir el romanticismo y sentirse nuevamente una mujer deseada.

Aunque hemos descrito teóricamente lo que ocurre, en la práctica, todos manejamos sentimientos que surgen a través del roce, de la fusión de afinidades, de la química sexual y otras atenciones; nace el riesgo de enamorarse, el sentimiento más deseado por todos los seres humanos. Cuando esto ocurre, puede vivirse la relación con cierto “dejo” de amargura, porque en la realidad, persiste la presión de los hijos y la sociedad; y la misma mujer cuando se enfrenta al espejo, reconoce que su romance tiene un tiempo límite y que pudiera ser desplazada por una jovencita que cumpla las expectativas de esposa que el joven desea.

Una amiga divorciada y con hijos nos cuenta que tuvo un romance con un hombre 18 años menor, que llegó a ser su esposo- pero cuando nacieron los nietos de ella, comprendió que él tenía el derecho de tener sus propios hijos y crear una familia. Ella tuvo el valor de renunciar a la relación, precisamente por AMOR.

La diferencia de edad no es impedimento para el amor ni para amar. Las personas no nacen con fecha de caducidad. Igual no puede definirse al hombre, que por joven es inmaduro, cuando sabemos que la madurez y la juventud no siempre transitan agarrados de la mano. La mujer de hoy no escoge por desesperación y cuando lo hace, está en su libre derecho de escoger a quien desee.

Lo importante aquí es que la relación mantenga respeto a los acuerdos no verbales, y no dejarse usar como plan de último minuto. Si así lo hacen, ambos pueden salir lastimados. Son relaciones para vivir el presente, considerando que cuando termina la misma, permanezca en sus memorias los bellos recuerdos.

 

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